Y entonces llego la hora de caerse de la hamaca. Así como cuando se arrullan tantas ilusiones que solo en una llama desaparecen. Así ha transcurrido este año sin ningún tipo de piedad o condescendencia. Una enfermedad, un despido, y tantos obstáculos puestos como a propósito por quien tiene miedo de poner los pies en la tierra o quizá en el cielo? inversión de la polaridad..."Del suelo no pasa mija" decía mi mamá, pero mientras que se prueba en la piel la loza fría del pavimento, uno se pregunta si realmente vale la pena el camino que se ha elegido, uno se pregunta si ha valido la pena la "inversión" o si solo ha sido una búsqueda desesperada de algo que ni siquiera se comprende que es.
Confrontar las realidades, las de aquí y las paralelas, intentar asimilar que hay que levantarse para buscarse otra hamaca y subirse en ella para empezar a arrullarse en otra no tan apasionante aventura pero mas madura que la anterior ja. O simplemente contemplar de forma desapegada aquello que se derrumba y no hacer nada salvo ver lo que queda. El riesgo siempre es quedarse tieso a merced de las palomas y los nidos de codorniz.
Que carajos.