17 años, tenía ella cuando lo vio. Sentado en una pila de agua en medio de una plaza.
algo en él era tremendamente atractivo, no era su físico, de eso estaba segura, pero resultaba irresistible.
No recuerda cómo fue la primera vez que hablo con él, no fue necesario. de un momento a otro empezo una lluvia de palabras, alguanas condensadas en papel, otras, fluyendo entre cervezas
El se fue. Ella se quedo y lo guardo, junto a todo aquello que escribio. aprendio.
16 años han pasado, se han encontrado y ya no son los mismos
Quiza no sean necesarios los escritos del pasado para recordar, aquellos abrazos que acariciaron su alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario