En cuanto cerré la puerta las cosas empezaron a desbordarse. caminando velozmente hacia la carretera, no se imagina uno que puede pasar una tromba y llevarte por delante.
Lo único que se puede hacer es intentar no ahogarse entre tremendo mar de estupidez.
mientras me sumerjo pienso que podría ser de otra forma si solo se abriese el corazón. de verdad.
ahí viene un tiburón.
mejor me voy.
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