jueves, 1 de julio de 2010

Un estado de ánimo. El verano

Días de calor, llegan como cansados viajeros, sudorosos y sedientos deseando encontrar una sombra y agua fresca para reposar.


Hoy no apetece salir, el sol brilla tan intensamente, que enceguece la mirada de los que distraídamente pasan por su lado.

Estoy en el sofá, viendo aquellos capítulos de serie que hablan sobre muertos antiguos e historias inverosímiles sobre caballeros fuertes con placa y princesas modernas capacitadas y solas.

Y por un momento veo su reflejo en la ventana, pero vuelvo distraída para no pensar.

Como el tiempo detenido en verano, los días son más largos y parece como si el aire se cortara con solo escucharle respirar.

Apago la tele, y me lavo la cara, esperando que con ello se vayan las lagrimas que están aún por llegar.

Cae la noche y voy a la cama. Cierro los ojos.

Cierro el corazón

Así no duele

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