He leído esta columna estupefacta! porque jamas pensé que se pudiera llegar tan lejos. No quiero entrar a defender la gordura como un estado físico de notable salud, pero si debo recalcar, que los medios nos venden este tipo de estereotipos solo para ajustarnos a un modelo o tipo de mujer que tiene asegurado el éxito y la felicidad. Ser delgado, o como en el caso de la periodista que escribió esta columna, falca hasta los huesos.
Una prueba mas de que el mundo en el que vivimos es producto de la mente, la ilusión de que a través del estado físico se puede alcanzar la felicidad.
Ser delgado es una condición de salud, estar en el peso forma que nos permite estar mas a gusto consigo mismo, de eso no hay duda, pero de ahí a que el ser gordo sea casi un insulto, eso me parece desproporcionado.
He sido gorda casi toda mi vida, y conozco la razón por la cual lo he sido.
Mi mente.
Si, algunos dirán que es por que como mucho o mal, pero eso es solo la exteriorización de un pensamiento repetitivo y constante de toda mi vida. Parece que no, pero hay alguien que dijo por ahí que una persona se pasa la mitad de su vida pensando que es de una forma y la otra mitad haciendo cosas para mantener ese pensamiento.
Llegar a comprenderlo suscita cierta dificultad a la hora de romper con los hábitos encostrados desde hace tiempo. Pero con un poco de voluntad se puede conseguir.
la aceptación de uno mismo radica en reconocerse como una instancia espiritual y perfectamente alineado.
Aún así sigo pensando que el articulo escrito por esta periodista es demasiado limitado, como limitada es su vivencia interior, manifiesta en cada palabra que condena a otro ser humano por el hecho de ser gordo.
aquí la perla.
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